El certificado de eficiencia energética, obligado para las viviendas a la venta o en alquiler

El conocido certificado de eficiencia energética es obligatorio, desde el pasado 1 de junio, para todas las viviendas que se quieran vender o alquilar, durante un periodo superior a los 4 meses.

Desde que el pasado mes de abril se publicara la orden, tanto los promotores inmobiliarios como los propietarios particulares han tenido tiempo para informarse de todos los requisitos necesarios para cumplir con la nueva normativa.

En caso de no hacerlo, se enfrentan a multas y sanciones que van desde los 300 hasta los 6.000 euros. No sólo las viviendas nuevas que se quieran vender o alquilar, ya que la norma se extiende también a los locales comerciales y a los inmuebles, cuyo contrato de arrendamiento se renueve. Y va más allá, ya que una vivienda que no disponga de este certificado energético no se podría ni anunciar.

Pero, ¿para qué sirve este certificado de eficiencia energética?

Como indica el propio nombre, este certificado aportará al futuro inquilino mayor información sobre la vivienda. En concreto, si la vivienda es eficiente desde el punto de vista energético, para lo que se examinarán los cerramientos de las ventanas, las puertas, la orientación, la ventilación… Parámetros que en el caso de obtener una buena puntuación pueden suponer un ahorro importante en la factura de la calefacción o el aire acondicionado. Por ejemplo, un inmueble en el que se producen escapes de aire por las ventanas o las puertas necesitará mayor consumo de calefacción.

En función de la evaluación de la eficiencia energética, se otorgará una calificación que variará desde la letra A (la más eficiente) a la G (la menos) El certificado no sólo dispondrá de esta información, ya que además deberá incluir consejos para mejorar la calificación, con el objetivo de que el propietario las lleve a cabo.

Este certificado lo realizan aparejadores, arquitectos o ingenieros, sin que haya un precio establecido por lo que se aconseja pedir presupuesto con anterioridad. El coste también va en función de la superficie de la vivienda, de tal manera que para un piso de casi cien metros puede rondar los 250 euros.

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